Amnistía Internacional publica un informe sobre mortalidad maternal en Burkina Faso
El Objetivo de Desarrollo del Milenio número 5, adoptado por las Naciones Unidas en el año 2000, estipula que los países firmantes se comprometen a reducir la mortalidad materna en un 75% para el año 2015. Sin embargo, según el último informe de Naciones Unidas[1], en África subsahariana en general este objetivo está muy lejos de cumplirse. De hecho, es el objetivo al que se han dedicado menos recursos financieros y en el que menos se ha avanzado a nivel global.
Entre las causas de la elevada mortalidad materna existente en muchos países, además de la escasez y mala calidad de los servicios de salud, se encuentran otras causas muchas veces enraizadas en la tradición, costumbres y religión, la mayor parte de ellas relacionadas con la condición inferior de la mujer en estos países que le impide tomar decisiones sobre su propia sexualidad y reproducción y sobre el acceso a los servicios de salud que necesita. Además, a esto se añade la falta de recursos que es causa, a su vez, de anemia, desnutrición, trabajo excesivo, falta de tiempo y dificultades económicas para acceder a estos servicios y/o para poder costearlos. Los índices de mortalidad materna son un fiel reflejo de las desigualdades, siendo especialmente elevados entre las mujeres más pobres, con menor formación y que viven en áreas rurales.
[1] http://www.un.org/spanish/millenniumgoals/pdf/MDG_Report_2010_SP.pdf
El informe de Amnistía Internacional se centra en Burkina Faso, pero muchas de las causas que expone podrían extrapolarse, con algunas variaciones, a otros países del África subsahariana. Entre los datos que aporta se encuentra:
Cada año mueren más de 2.000 mujeres en Burkina Faso debido a complicaciones durante el embarazo o el parto. Las causas de estas muertes son muchas y diversas, pero la gran mayoría de ellas podían haberse evitado.
El gobierno del país ha realizado un gran esfuerzo político para disminuir la mortalidad mejorando infraestructuras, aumentando el número de profesionales sanitarios cualificados y subvencionando los gastos de asistencia maternal en un 80%.
A pesar de esto, para muchas mujeres, especialmente en áreas rurales, los servicios de salud maternal no son aún accesibles. En otros casos, estos servicios son inadecuados, carecen de dotación o el personal que los atiende no tiene la formación adecuada.
Además de los problemas achacables a las deficiencias en el sistema nacional de salud, existen otras causas basadas en la tradición, las costumbres y la situación de inferioridad de las mujeres que impiden que las mujeres reciban la asistencia que necesitan. Entre otras, el informe destaca:
– Las mujeres no tienen información sobre sus derechos en salud sexual y reproductiva y, en la mayoría de los casos, no pueden decidir si van a tener hijos, cuántos y en qué momento:
o Las mujeres son valoradas sobre todo como madres. Una mujer sin hijos está expuesta al abandono y al rechazo.
o El matrimonio y los embarazos a edades precoces es habitual, lo cual aumenta la posibilidad de complicaciones durante el embarazo y el parto.
o La práctica de la mutilación genital femenina, aunque prohibida por ley, está muy extendida en el país.
– La existencia de barreras sociales y económicas, especialmente el coste del tratamiento.
– La distancia y la dificultad de acceso a los centros de salud.
La mortalidad materna se cobra el mayor número de víctimas entre las mujeres más pobres y con menos estudios y las que viven en las zonas rurales, habitadas por el 80 por ciento de la población.
Puede descargarse el informe en: http://www.amnesty.org/es/library/info/AFR60/001/2010