La Mutilación Genital Femenina: una de las formas más crueles de Violencia contra las mujeres y las niñas

En el día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina (MGF) queremos destacar que esta práctica tradicional es una violación de los derechos humanos de mujeres y niñas y una de las formas más crueles de Violencia basada en Género (VbG) que aún persisten en el mundo.

 

En la actualidad, más de 200 millones de mujeres han sufrido esta práctica que atenta contra su salud, sus derechos, y en el peor de los casos, contra su vida; y, si nada lo remedia, de aquí a 2030 habrá 68 millones más.

A este fuerte incremento ha contribuido la pandemia de la COVID-19 y el impacto catastrófico que ésta ha tenido sobre las mujeres y las niñas en problemas tan acuciantes como es la MGF: se calcula que en el próximo decenio habrá anualmente 2 millones más de casos de mutilación genital femenina de los que se habrían producido en otras circunstancias. A esto se suma el hecho de que las crecientes dificultades económicas a nivel mundial, demoran la ejecución de muchos programas para poner fin a prácticas nocivas contra las mujeres, como la MGF o el matrimonio infantil (MI)

La mayoría de niñas sometidas a MGF tienen entre 7 y 10 años. ¿Puedes imaginarlo?

La mutilación genital femenina (MGF) consiste en la extirpación parcial o total de los genitales femeninos externos u otras lesiones en los órganos genitales femeninos por razones no médicas.

No tiene beneficios para la salud y solo causa daño, las niñas y mujeres mutiladas sufren múltiples consecuencias negativas para su salud y bienestar físico, sexual, mental y social, y resultan estigmatizadas para toda la vida.

Su práctica suele estar ligada a un rito ceremonial de paso de la niñez a la edad adulta, aunque cada vez se realiza más precozmente, sometiendo a esta práctica a bebés de pocas semanas e incluso días, y a mujeres en edad adultas, antes o durante el matrimonio, ya que la MGF es considerada una parte necesaria de la crianza de una niña, una forma de prepararla para la edad adulta y el matrimonio.

No solo ocurre en África: es un problema global

La MGF prevalece al menos en 31 países: en África, en algunos países de Asia, Oriente Medio e incluso en algunas comunidades de América del Sur. Pero hoy, la migración la está convirtiendo en un problema global.

Casi todos los países donde se practica la MGF poseen una legislación que la prohíbe y penaliza en distintos grados, pero en muchas ocasiones, sus gobiernos no tienen voluntad política, ni capacidad financiera para prevenir y perseguir a aquellos que la practican y proteger a las víctimas.

Desgraciadamente son muchas las estructuras locales de poder y autoridad, como líderes comunitarios, líderes religiosos, circuncisores e incluso algún personal sanitario, que están contribuyendo a mantener la MGF.

En este sentido, desde hace algún tiempo, se está extendiendo la llamada MGF medicalizada en la que la escisión la realizan profesionales de la salud con la creencia de que ésta es menos agresiva y más segura que la realizada por “cortadores” tradicionales, dando así una peligrosa apariencia de legitimidad y permitiendo la perpetuación de la práctica.

Un estudio de Unicef en 2020 revela que el 34% de las víctimas de MGF de entre 15 a 19 años se sometieron a la MGF medicalizada, en comparación con el 16% de las víctimas de 45 a 49 años.

Este fenómeno no es nuevo ni desconocido, se practicaba tradicionalmente en numerosos países de África Oriental como Egipto y Sudán, pero está emergiendo en países del África occidental y en algunos países del África subsahariana como Mali. Incluso en Europa- Francia- se han detectado médicos que ofrecen formas “seguras” de MGF.

Por otro lado, la aparición de una “nueva modalidad” de ablación “mínimamente invasiva”, consistente en un pequeño corte del clítoris que recibe el nombre de “firma”. Resulta alarmante ya que es considerada más segura y menos cruel y suficiente para cumplir con la tradición de una forma moderna, lo que reafirma su aceptación, favoreciendo que la práctica se prolongue en el tiempo.

Contra la vulnerabilidad de las mujeres y las niñas

Hace más de 30 años que Medicus Mundi, trabaja para erradicar la MGF en varios países de África Subsahariana, esta lucha la abordamos desde diferentes perspectivas y siempre de la mano de las organizaciones locales respaldando su labor; atendiendo a mujeres y niñas víctimas, intentando mejorar su salud y concienciando a la sociedad de la necesidad de acabar con esta práctica que atenta contra la vida y la dignidad de sus mujeres.

Mantenemos que el esfuerzo para su erradicación es un trabajo conjunto y tenemos que abordarlo  través de la legislación y las reformas que protejan la integridad física y otorguen a las mujeres igualdad de derechos; ya que, para acabar con la MGF,  no solo es necesario un cambio en las normas sociales tradicionales que marcan la pauta de esta práctica sino que también es preciso que  los poderes públicos, religiosos y comunitarios se involucren en la lucha contra la discriminación y la violencia basada en género; poner en marcha programas que empoderen a las mujeres y niñas más vulnerables con información sobre sus derechos y eduquen a los progenitores sobre los beneficios de mantener a sus hijas en la escuela para favorecer su autonomía, independencia y  capacidad para tomar sus propias decisiones sobre su cuerpo, su futuro y su destino.

Nuestra estrategia de trabajo contra la MGF

Medicus Mundi Sur junto con la Agencia Andaluza de Cooperación y Desarrollo (AACID) ha venido desarrollando , en los últimos años,  los proyectos Apoyo a la lucha contra la Mutilación Genital Femenina y el matrimonio infantil en el Círculo de Yanfolila (Malí) bajo el enfoque de derechos humanos y de interculturalidad y Refuerzo de las capacidades de la sociedad y los servicios públicos sanitarios para la eliminación de la mutilación genital femenina y sus secuelas en un entorno marcado por la crisis de la covid-19, en la región centro-este de Burkina Faso .

Gracias a estas actuaciones se ha estado proporcionando atención sanitaria a mujeres que han sufrido MFG, reparando las secuelas, realizando campañas de sensibilización dirigidas a concienciar a la población y  a los líderes de las comunidades contra esta práctica y por último impartiendo programas  formativos dirigidos a  profesionales sanitarios sobre la MGF, que han demostrado ser una de las estrategias más potentes para erradicarla, y dar un apoyo efectivo a las comunidades y a las mujeres que la sufren.

El objetivo de estas intervenciones, con más de 150.000 niñas y mujeres beneficiarias directas,  es reforzar las estrategias de los diferentes agentes implicados en la eliminación de la práctica de las mutilaciones genitales femeninas y sus secuelas  ya que es de vital importancia involucrar a toda comunidad, a los estamentos políticos, sanitarios, jurídicos y policial, porque sólo así conseguiremos dar pasos firmes para acabar con la Mutilación Genital Femenina y, lo que es más importante, consolidar los cambios que permitan la sostenibilidad en el tiempo de los avances en esta lucha.

 

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