8M Dia Internacional de la Mujer : derechos para todas, todos los días y en todo el mundo
Es urgente plantear alternativas en cooperación que, desde un enfoque feminista contribuyan a que todas las mujeres y niñas, todos los días y en todo el mundo puedan vivir sus vidas en plenitud y con sus derechos garantizados.
En el año en el que se aborda la reforma del sistema de cooperación recordamos la urgencia de incluir el enfoque feminista en esta política pública. Urge una cooperación que genere cambios para garantizar la igualdad de géneros y ponga en valor las capacidades de las mujeres. Apostamos por una cooperación feminista. Una cooperación que sea catalizadora que sirva para eliminar cualquier forma de discriminación, vulneración de derechos o violencias contra las mujeres.
Urge una cooperación feminista cuando la realidad mundial empeora por momentos: aumento de los conflictos armados; crisis humanitarias crónicas y prolongadas; incremento de las desigualdades sociales, económicas y políticas; aumento de los desastres naturales, empeoramiento de la crisis ecológica; grave impacto de las consecuencias de la pandemia en la vida de personas en situaciones extremas… Un panorama muy complejo cuyas consecuencias afectan especialmente a las mujeres y a las niñas.
La ‘revolución igualitaria’ de las cooperativas rurales de mujeres en Ruanda
A partir de 2010, medicusmundi pone en marcha cooperativas de mujeres en Ruanda. Hoy están activas 7 cooperativas rurales en la región de Kamonyi. Desde sus inicios, las mujeres cooperativistas se posicionaron como protagonistas del cambio, y comenzaron su andadura en el seno de los centros de atención nutricional a los que acudían con hijas e hijos que presentaban malnutrición aguda o severa.
“Gracias a las cooperativas, ahora conocemos y entendemos nuestros derechos”. Odette Nyiramana. Estas mujeres han mejorado en muchas áreas a lo largo de su trayectoria. Muchas de ellas señalan que no sabían leer ni escribir antes de pertenecer a las cooperativas, debido a las condiciones de pobreza o a la discriminación sobre el derecho a la educación que sufrían. Ahora, tras mucho esfuerzo personal, todas ellas son capaces de acceder a información antes oculta y se sienten más respetadas en sus hogares y consideran que la percepción que de ellas tenían las y los miembros de sus familias ha mejorado y se les valora mucho más que antes, se sienten integradas en sus hogares y miembros activos de su comunidad.
Autonomía y liderazgo de las mujeres en Mali.
Dentro del proyecto de apoyo a la salud nutricional de la población afectada por el conflicto de Malí en la Región de Mopti que Medicus mundi Sur está llevando a cabo en partenariado con la Dirección Regional de Salud de Mopti (DRS) y que cuenta con la financiación de la Agencia Andaluza de Cooperación y Desarrollo ( AACID ), las mujeres tienen mucho que decir.
En este proyecto las mujeres son una pieza clave para la consecución de sus resultados, como población prioritaria de atención en si mismas y también por que son las valedoras de la salud y seguridad alimentaria de sus familias y las encargadas de su cuidado.
La importancia de la labor que realizan y la responsabilidad que conlleva no está reconocida socialmente por su comunidad. Por este motivo el proyecto contempla acciones e iniciativas que favorezcan y fortalezcan el empoderamiento e independencia de las mujeres tanto en el plano individual como colectivo.
Así , no solo se les han entregado alimentos (cereales) y pequeños rumiantes a unas 300 familias de las poblaciones desplazadas de las comunas de Doucoumbo y Sangha sino que también se ha realizado la entrega de semillas, granos, insecticidas y bombas a motor a 10 agrupaciones de mujeres de dichas comunas y se han puesto en marcha cursos de capacitación en técnicas de producción hortícola para las agrupaciones de mujeres; y otros cursos sobre DDHH, diversidad cultural y gestión de conflictos para que posteriormente ellas puedan emprender acciones de sensibilización e información hacia la población.
Con todo ello se está promoviendo el fortalecimiento de su autonomía, liderazgo y capacidad de toma de decisiones, tanto a nivel familiar como comunitario al ser ellas las que generan sus propios ingresos económicos mediante la venta de los excedentes hortofrutícolas y ganaderos y se convierten en referente dentro de su propia comunidad.