Kiva, ayuda a financiar microproyectos

¿Quieres ayudar? Pues ayuda. Para hacértelo más fácil, existen organizaciones como Kiva, una ONG que está cambiando la manera en la que muchos deciden contribuir a aliviar la pobreza en el mundo. Hablamos de una plataforma que permite a cualquier persona conceder microcréditos a emprendedores pobres, en países en vías de desarrollo.

El funcionamiento es bastante simple. Una organización local de microcréditos, en el país que sea, estudia la viabilidad del proyecto empresarial de una persona o un grupo de personas. Estos proyectos pueden ir desde mejorar el motor de su motocicleta, hasta comprar stock para una tienda de flores, o poner en marcha un taller de costura, desde cantidades tan pequeñas como 100 dólares, a varios miles de dólares, según el proyecto. La organización local le concede el préstamo, y publica en Kiva una descripción del proyecto a financiar, con fotografías y biografía de sus protagonistas. Una vez está publicado, tu, yo, o cualquiera, puede hacer un préstamo, desde 25 dólares en adelante, para financiar su iniciativa. En los meses posteriores, el emprendedor pondrá en marcha el proyecto, nos irá informando de como va todo, y nos devolverá el dinero prestado, que podremos retirarlo, volver a prestarlo a otro emprendedor, o donarlo a Kiva.

Los logros alcanzados por esta organización son impresionantes: más de 100 millones de dólares concedidos en microcréditos, un nuevo préstamo cada 16 segundos, y 2400 nuevos prestamistas voluntarios cada semana. ¿Y lo mejor de todo? ¡Que funciona! El 98% de los nuevos emprendedores en los países en vías de desarrollo consigue poner en marcha su negocio y devolver el préstamo en pocos meses. Lucinda Alonzo, en la foto de arriba, es un ejemplo de ello. Lucinda tiene 65 años y vive en Filipinas. En marzo de 2009 pidió un préstamo de 225 dólares para comprar material de pesca y mejorar su negocio de venta de pescado seco en el mercado. Con ello planea asegurar la educación de sus sobrinos, y ahorrar dinero para su vejez. Lucinda recibió el préstamo, y con las mejoras que éste le permitió hacer en su negocio, logró devolver el dinero prestado en abril de este año.

Hay muchas formas de ayudar a título personal a los más pobres, pero pocas tan transparentes, responsables y respetuosas con la dignidad de las personas como ésta. Yo, personalmente, conocí Kiva hace unas semanas, me di de alta hoy mismo, y me ha impresionado en muchos aspectos, como la posibilidad de elegir proyectos para financiar según su área de acción o según sea el emprendedor hombre o mujer, la perfecta integración con Paypal (sin que ésta cobre comisiones por los pagos), o la posibilidad de ver, en cuestión de unos minutos, como entre un puñado de gente se consigue completar un microcrédito a una persona con cara, nombre y apellidos.

Hace tiempo leí una reflexión de una economista que comentaba que, además de mejoras en educación, salud, y otros servicios públicos, lo que la mayoría de personas pobres quieren es una oportunidad para buscarse la vida, tener un trabajo y sentirse valiosos, útiles y productivos. Iniciativas como ésta contribuyen a hacerlo posible.

Más información | Kiva

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