Sobre la agresión al hospital de Médicos sin Fronteras

Por Eduardo García Langarica
Todos los que formamos medicusmundi, tras estos injustificables actos, queremos expresar nuestra condolencia y nuestra mayor solidaridad con MSF, así como nuestro reconocimiento por su impagable trabajo entre los más vulnerables, muchas veces en situaciones de gran riesgo, y nuestro apoyo para las medidas que quieran realizar.

La escalada de agresiones a los trabajadores humanitarios en zonas en conflicto, y por todas las partes en conflicto, ha sufrido una nueva vuelta de tuerca con el ataque, por parte del ejército de los Estados Unidos de América, al hospital gestionado por MSF en Afganistán. En este caso, además, el derecho internacional considera un crimen de guerra el ataque a centros sanitarios.

Las explicaciones dadas, en primer lugar por el Gobierno y el ejército norteamericano y posteriormente por el gobierno de Kabul, lejos de aclarar lo sucedido, hacen sospechar que el ataque ha sido premeditado.

Los  norteamericanos, a partir de dos fuentes diferentes, lo consideran un “daño colateral” al tratar de proteger a soldados americanos que estaban siendo atacados desde las proximidades del hospital. La respuesta de MSF a través de redes sociales precisaba que el hospital fue atacado de forma precisa y repetidamente en cada raid aécreo, sin que se hubiera producido ningún ataque previo desde el hospital ni dentro del hospital  #Kunduz— MSF International (@MSF) octubre 4, 2015

No parece que, según la versión de MSF, hubiera actividad militar en la zona hasta que llegó el bombardeo que, por cierto, solo dañó al hospital, respetando el entorno del mismo.

La posterior versión del Gobierno afgano, afirmando que en el interior del hospital había talibanes, empeora la situación porque parece afirmar que se atacó directamente al hospital, lo que convertiría la acción en un crimen de guerra, además de contradecir la anterior afirmación del Gobierno de EEUU.

Medicusmundi considera que ninguna razón puede justificar el ataque a un centro sanitario, que además era prácticamente el único que atendía a más de 300.000 habitantes de la zona,  y espera que de la investigación independiente del suceso se señale a los culpables y se les lleve ante la justicia.  

El derecho humanitario que, muchas veces, justifica guerras, debe proteger, en primer lugar, a las personas inocentes y, en ningún caso, puede justificar acciones militares contra centros y personal sanitarios que están ahí para salvar vidas, no para ganar guerras. En la supuesta lucha contra el terrorismo, no todo puede valer, no se puede ir contra el derecho porque esto solo puede fortalecer a los terroristas.

Todos los que formamos medicusmundi, tras estos injustificables actos, queremos expresar nuestra condolencia y nuestra mayor solidaridad con MSF, así como nuestro reconocimiento por su impagable trabajo entre los más vulnerables, muchas veces en situaciones de gran riesgo, y nuestro apoyo para las medidas que quieran realizar.

Nuestra sociedad debe responder activamente ante este tipo de actuaciones que hacen todavía más cruel las situaciones de guerra, dificultando el cuidado de los heridos, ignorando a la población civil o utilizándola como escudo.

Eduardo García Langarica es el presidente de la Federación de Asociaciones de medicusmundi España

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