Asentamientos de inmigrantes jornaleros y pandemia. La incertidumbre del COVID-19.
En la provincia de Albacete, sobre todo en torno al área metropolitana de la capital, se han ido generando a lo largo de los años una serie de asentamientos de población inmigrantes, viviendo en condiciones infrahumanas y en riesgo de exclusión social. Panorama que se repite en muchísimos otros punto de la geografía española como Andalucía, Murcia, Aragón… sin embargo , y paradójicamente , en sus manos está el que podamos tener en nuestras mesas productos de primera necesidad como son los hortofrutícolas y también el impedir que el sector agrario español pueda sufrir una hecatombe en estos duros momentos.
La crisis sanitaria ocasionada por el COVID -19 ha añadido aún más vulnerabilidad a las poblaciones inmigrantes que viven en asentamientos, conformándolos como un grupo de alto riesgo ante la infección ya que a duras penas pueden seguir las normas de prevención mínimas que se les ha indicado al resto de la sociedad: no cuentan con agua corriente que les permita mantener los niveles de higiene básicas de manos ni tampoco pueden mantener la “distancia social” requerida cuando en una misma chabola de unos 20 metros tienen que convivir unas 10 personas o más.
Cuanto más se alarga el estado de alarma más difícil es hacer frente a las necesidades básicas de estas personas: el agua y los alimentos han de ir a buscarlos casi a diario, porque no tienen recursos para poder realizar una compra para todo un mes y porque no pueden conservar lo que compran ya que no tienen electricidad. Además el tener que desplazarse fuera de los asentamientos para abastecerse es un problema en estos momentos pues muchos de ellos no tienen permiso de residencia y temen que al no tener documentación o un certificado para circular puedan ser detenidos.
Falta de suministros en los asentamientos
En los asentamiento de Albacete conviven, entre refugiados y migrantes, en torno a un millar de personas de 24 nacionalidades distintas sobre todo magrebíes ( marroquíes, argelinos…), subsaharianos ( senegaleses, malienses, ghaneses…) y un importante grupo de moldavos y rumanos. Muchos de ellos llevan tiempo en nuestro país, incluso con sus familias y con niños menores, aunque siguen de manera irregular en España por no tener permiso de residencia, otros tantos si han conseguido regularizar su situación.
La gran mayoría se gana la vida trabajando como temporeros agrícolas, desplazándose de un lugar a otro de España en función de las campañas de recolección: de la aceituna a la naranja y de esta a la fresa o la patata. Pero debido a la situación de alarma, confinamiento y restricción de movimientos en estos momentos no pueden trabajar y han perdido su medio de subsistencia.
La escasez de suministros en los asentamientos se agrava a medida que se alarga el estado de alarma y se expande la pandemia, por eso medicusmundi Sur y ACAIM, con el apoyo de la Subdelegación del gobierno y del Ayuntamiento de Albacete, están llevando a cabo repartos semanales de lotes de víveres (no más de 3 por familia) y de kit básicos de higiene y mascarillas, en los asentamientos de la ciudad.
Los repartos llevan un trabajo preliminar de gestión y preparación en una nave habilitada para ello, labores que están haciendo voluntarios de ambas entidades junto con otros compañeros de Cruz Roja. Además los repartos se hacen con total garantía ya que se cuenta con la presencia de la Policía Nacional para que los usuarios puedan guardar las distancias de seguridad.
El sector agrario y la necesidad de mano de obra inmigrante
Cheikhou Cissé, mediador intercultural de medicusmundi Sur y director del Centro de inmigrantes El Pasico que esta ONGD gestiona en la ciudad de Albacete, advierte que la declaración del estado de alarma, al limitar la libertad de circulación de las personas, impide a los inmigrantes salir a trabajar puesto que la mayoría son temporeros en las labores agrícolas.
Este hecho representa un duro golpe no sólo para esta comunidad, que ha perdido su modo de ganarse la vida, sino también para los intereses del campo español, al encontrarse en estos momentos en temporada alta de las campañas agrícolas.
Organizaciones de agricultores alertan de la escasez de mano de obra para las labores del campo que se deben realizar en estos momentos para que no se pierdan las cosechas y se produzca un desabastecimiento de estos productos en nuestros mercados.
«Se dice que los inmigrantes vienen a quitar el trabajo a los demás pero el coronavirus va a mostrar a todos los españoles que esto no es así , que la mano de obra autóctona no es suficiente para cubrir la fuerza de trabajo que necesita el campo español sobre todo en temporada de cosechas – nos refiere Cheikhou . Ahora mismo se requiere entre 100.000 y 150.000 temporeros para cosechar en las próximas semanas, sólo en Albacete son necesarios unos 10.000 trabajadores agrícolas para las campañas del ajo, cebolla o brócoli».
Paliar la falta de mano de obra
Ante esta situación el Gobierno ha comenzado a tomar medidas y por Real Decreto ha establecido la posibilidad de contratación de mano de obra inmigrante, incluso cuando estén en situación irregular, para garantizar el abastecimiento de la cadena alimentaria.
Uno de los criterios que se impone a los agricultores para que puedan realizar estas contrataciones es que deben primar la contratación de proximidad, para evitar así grandes desplazamientos de gente por motivos laborales. Y desde medicusmundi Sur en Albacete se advierte de que la mayoría de estos inmigrantes no tienen medios propios para poder desplazarse y que la normativa de restricción de ocupantes en un mismo vehículo hace imposible el desplazamiento de las cuadrillas en furgonetas hasta los lugares de trabajo, por lo que se han de buscar alternativas al transporte como , por ejemplo, la utilización de autobuses que permitirían el desplazamiento de varias personas a la vez con la debida distancia entre ellos por lo que sería una posibilidad efectiva y segura.
Por otro lado es necesario velar por la salud de estos trabajadores y medicusmundi Sur incide en la importancia de realizar test de detección a los jornaleros y de dotarlos con todos los medios necesarios para evitar el contagio y garantizar su seguridad.
Sin acceso al sistema sanitario
Medicusmundi mantiene que el binomio sanidad pública-cobertura universal es crucial para acabar con esta crisis y quiere hacer hincapié en que gran parte de esta población migrante está excluida de la cobertura del sistema nacional de salud por lo que se hace imprescindible la puesta en marcha de medidas extraordinarias y protocolos de actuación que permitan el acceso de estos trabajadores y sus familias a todos los recursos socio-sanitarios disponible para el resto de la ciudanía tanto en Atención Primaria como Hospitalaria.
De esta pandemia del Covid-19 podemos aprender la necesidad de establecer definitivamente unos Sistemas de Salud Públicos fuertes y que sean efectivamente universales, que garanticen el acceso a la atención sanitaria a todas las personas independientemente del lugar en el que vivan o de cual sea su situación administrativa.
Comunicación medicusmundi Sur.