La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria. Informe 2010

Como cada año, medicusmundi, médicos del mundo y Prosalud publican este informe en el cual, además del análisis de la ayuda de la cooperación española en salud, se tratan varios temas de salud global. Este año se ha querido destacar la situación de los Recursos Humanos Sanitarios, un problema que afecta a todos los países pero especialmente a los menos desarrollados.

En el informe de salud mundial de la Organización Mundial de la Salud de 2006 se afirma que faltan cerca de 2,4 millones de trabajadores sanitarios para lograr los Objetivos del Milenio, a los que habría que sumar 1,9 millones de trabajadores de gestión y apoyo. Aunque el problema se da en prácticamente todos los países, 57 están en una situación crítica de escasez de personal.

El déficit más grave de personal sanitario se produce en África subsahariana. Esta región, enfrentada al 25% de la carga de enfermedad mundial, dispone únicamente del 3% de trabajadores de salud del mundo (puesto en cifras: en Europa hay 33 médicos por 10.000 habitantes, en Asia 5 y en África 2; en Europa hay 68 enfermeros por 10.000 habitantes mientras que en Asia y África solo 11). En términos absolutos, debido a su gran cantidad de población, Asia sudoriental es en donde falta más personal de salud.

Mujeres con sus bebés esperando ser atendidas en un programa de desnutrición
Mujeres con sus bebés esperando ser atendidas en un programa de desnutrición

Pero el problema no es solo la cantidad. La distribución de este personal de salud tampoco es equitativa y, en un mismo país, puede haber grandes diferencias en el número de profesionales sanitarios por habitante de una población a otra, concentrándose la mayor parte en las áreas más pudientes de los núcleos urbanos.

La migración es un factor importante en el déficit de trabajadores de salud de la mayor parte de los países con pocos recursos. El personal sanitario emigra de las zonas rurales a las urbanas, de los países más empobrecidos a los más desarrollados y desde los sistemas públicos hacia instituciones o iniciativas privadas, entre ellas, los programas verticales internacionales. La consecuencia es una falta más aguda de personal sanitario donde hay más necesidades. Mientras que cerca de la mitad de la población mundial vive en las zonas rurales, solamente el 38% del personal de enfermería y un 25% del personal médico viven en esas áreas. De media, uno de cada cuatro médico/as y un enfermero/enfermera de cada 20 formados en África están trabajando en un país de la OCDE. Se calcula, por ejemplo, que cerca del 30%de los médicos de Ghana trabajan fuera de su país, así como el 34% del personal de enfermería de Zimbabwe.

 España es un país tanto receptor como donante de profesionales de la salud. En 2008 trabajaban en España 25.000 profesionales extranjeros (el 12,5% del total), la mayoría procedentes de América Latina.

 La preocupación por la migración del personal sanitario ha llevado a discutir el tema en los foros de cooperación sanitaria internacional. En la asamblea de la OMS de 2010, los países miembros adoptaron un “Código Voluntario para el Reclutamiento Internacional de Personal Sanitario”, donde se establecen ciertos criterios éticos a la hora de reclutar personal sanitario de otros países. A pesar del trabajo realizado por parte de la sociedad civil (concretamente la sociedad civil englobada en la HealthWorkforce Advocacy Iniciative), no se logró obtener un compromiso firme y la voluntariedad del código facilitará su incumplimiento.

Afrontar el déficit de personal sanitario debería orientarse hacia el fortalecimiento de los sistemas de salud. Invertir más en personal sanitario (incluyendo a gestores) que fortalezca los sistemas de salud, tener políticas y planificaciones adecuadas que permitan que cada país tenga sus propios recursos humanos en salud (incluyendo planes de contingencia en situaciones de emergencia), utilizar de forma más eficiente al personal, mejorar las condiciones de trabajo y las expectativas profesionales y tener presente a otro personal, como los trabajadores comunitarios en salud, que pueden descargar de trabajo al personal sanitario; si bien es cierto que tales trabajadores, para ser eficaces, deben estar integrados en el sistema de salud local, con procesos de formación continua, de seguimiento y, sobre todo, un sistema de referencia y contrarreferencia de enfermos que les permita ser considerados trabajadores del servicio de salud local.

Informe completo en

 http://www.medicusmundi.es/famme/publicaciones

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