Por el derecho a la salud en zonas de conflicto
El 7 de abril, Día Mundial de la Salud, es una fecha emblemática para reivindicar la defensa de los derechos vinculados a la salud, y que este año coincide trágicamente con el sexto mes desde el inicio del bombardeo sobre Gaza. Por eso este año queremos reivindicar el derecho a la salud de la población en zonas de conflicto y exigir la salvaguarda de las infraestructuras sanitarias y del personal médico y sanitario imprescindibles para la atención médica de la población, civil o militar, que vive en un contexto armado.
La coordinadora del Programa de Datos de Conflictos de Uppsala (UCDP), Therese Petterson, afirma que “con seguridad, al menos habrá ocho guerras hasta final de año, pero probablemente sean más”. Junto a la guerra en la Franja de Gaza desde el 7 de octubre, y la invasión rusa de Ucrania, de la que acaban de cumplirse dos años, se viven conflictos armados a gran escala en Burkina Faso, Somalia, Sudán, Yemen, Myanmar, Nigeria y Siria.
En la actualidad según la World Health Professions Alliance hay más de 180 conflictos armados en el mundo (más del doble que en 2010), y todos atendidos por profesionales de salud arriesgando sus vidas.
La atención médica como arma de guerra
En medio de los conflictos armados que asolan diversas regiones del mundo, los hospitales se han convertido en un campo de batalla adicional, enfrentando desafíos sin precedentes para brindar atención médica y salvar vidas. En este contexto, el personal sanitario enfrenta riesgos extremos mientras lucha por cumplir su deber humanitario de proporcionar atención médica imparcial y de calidad.
Los hospitales y personal sanitario se han convertido en objetivos, y la interrupción de la atención médica en un arma no convencional utilizada contra las poblaciones civiles en medio de los 180 conflictos armados que atraviesa nuestro planeta. El Derecho Internacional Humanitario exige su protección, pero vemos cómo, en muchos lugares, esta normativa se ignora.
Desde los ataques estratégicos planificados durante la guerra de Siria sobre sus propios hospitales, la destrucción del sistema de salud en Yemen, los ataques sobre el personal médico e instalaciones en Sudán visibilizadas por la BBC, donde la ocupación y saqueo de centros de salud de Médicos Sin Fronteras impide atender a los civiles, la persecución a trabajadores sanitarios en Myanmar, así como secuestro y arresto de médicos, la negación deliberada de atención médica en Irán como práctica sistemática sobre la población, tratamientos médicos forzados sobre la población uigur en China… son violaciones flagrantes del Derecho Internacional Humanitario, que establece claramente la protección de los centros médicos y el personal sanitario durante los conflictos armados.
Las cifras son aterradoras
Según un informe de la Coalición para la Salvaguardia de la Salud en Conflictos (SHCC), 2022 fue el peor año registrado hasta la fecha de ataques sobre trabajadores de salud (porque todavía no se conocen las bajas de 2023, que habrán aumentado).:
- Al menos 232 trabajadores de salud fueron asesinados.
- Al menos 298 fueron secuestrados.
- 294 trabajadores de salud fueron arrestados.
- Se destruyeron 704 centros de salud en 25 países, con las consecuencias de dejar a los enfermos sin un sitio dónde acudir para recibir tratamientos, o el miedo de buscar otro por el peligro de ser atacado.
- A esto se une la escasez de personal sanitario, y cuyos ataques contribuyen al agotamiento y falta de estímulo de esta fuerza laboral cada vez menos numerosa por la falta de seguridad y la falta de apoyo.
“Los hospitales no son campos de batalla”
El Derecho Internacional Humanitario establece claramente la obligación de todas las partes en conflicto de respetar y proteger los centros médicos y al personal sanitario y prohíbe expresamente atacar hospitales salvo que sean utilizados para cometer “actos perjudiciales para el enemigo”; excepción, no claramente definida en el derecho internacional, con la que se argumentan muchos de los actos de guerra contra infraestructuras sanitarias.
Los convenios de Ginebra de 1949 son la base reguladora del Derecho Internacional Humanitario, un conjunto de normas que pretende limitar la barbarie de la guerra y proteger a víctimas y personal de infraestructuras sanitarias. El título ll concretamente aglutina la protección de zonas sanitarias, de heridos y/o enfermos, de su evacuación, protección de hospitales y de su personal, así como del envío de medicamentos, víveres y agua. Y la protección de la infancia.
El director general de la OMS, Tedros Ghebreyesus declaró que “según el Derecho Internacional Humanitario, los hospitales, el personal sanitario, las ambulancias y los pacientes deben ser salvaguardados y protegidos contra todo acto de guerra”. Y añadió: “Aunque las instalaciones sanitarias se utilicen con fines militares, siempre se aplican los principios de distinción, precaución y proporcionalidad”.
Es fundamental que la comunidad internacional condene enérgicamente los ataques a instalaciones médicas y exija la rendición de cuentas para aquellos que violan estas leyes fundamentales.En última instancia, las instalaciones sanitarias, las ambulancias y los profesionales de la salud nunca deben ser un objetivo de guerra: su protección y salvaguarda durante los conflictos armados no solo es una cuestión de cumplimiento legal, sino también una cuestión humanitaria urgente ya que la vida y el bienestar de millones de personas dependen de ello incluso en los momentos más oscuros de la guerra.
Artículo publicado en prensa : Diario Ideal Granada . Domingo 7 de Abril de 2024