Retos para reducir la mortalidad materno-infantil en Burkina Faso

  1. Trabajar sobre la integralidad: retos para reducir la mortalidad materno-infantil y garantizar el derecho a la salud sexual y reproductiva en la región del este de Burkina Faso

Por Carlos A. Guimaraes

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Medicus Mundi Andalucía trabaja desde 1989 en Burkina Faso, sobre todo en acciones dirigidas a reducir la mortalidad materno-infantil y promover los derechos a la salud sexual y reproductiva (SSR). Resulta muchas veces desalentador constatar que, África en general, y Burkina Faso en particular, sigue a la cabeza en las tablas de indicadores de mortalidad materno-infantil, lo que suele ser usado como argumento por los detractores de la cooperación internacional para justificar el recorte de fondos públicos destinados a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD). “A pesar de todo el dinero invertido, no hay buenos resultados”, suelen decir ellos.

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A punto de concluir el año 2015, ha llegado el momento de hacer un balance de las metas propuestas y alcanzadas en el marco de los famosos y olvidados Objetivos de Desarrollo del milenio (ODM), y así arrojar luz sobre las fortalezas y deficiencias, avances y retrocesos en materia de SSR. La primera conclusión a que se llega es que Burkina Faso no alcanzará la pretendida cifra de 190 muertes por cada 100.000 mujeres durante el parto y post-parto. A lo sumo, llegaremos a un número cercano a 300/100.000. La buena noticia es que de 1990 a 2015 tanto la mortalidad materna (770/100.000 en 1990) como la infantil (202/1000 nacidos vivos en 1990; 91/1000 en 2014) se habrán reducido a menos de la mitad

El baile de números, sin embargo, oculta la raíz del problema cuando se trata se trata de reducir la mortalidad materno-infantil y promover la SSR en Burkina Faso: la carencia de un enfoque de integral.

El caso de la región del Este, donde MMA trabaja desde finales de 2014 con el programa cofinanciado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID), es un vivo retrato de la carencia de un enfoque integral de salud que tenga en cuenta no sólo la parte médica y asistencial, sino otros indicadores como la territorialización y feminización de la pobreza; el deficiente acceso al agua y al saneamiento básico o las limitaciones culturales que sufre la mujer para el pleno ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos, entre muchos otros.

Pero aún si ponemos nuestra atención solamente en la parte médico-asistencial, salta a la vista la necesidad de este enfoque integral. Corregir esta carencia a veces es menos cuestión de dinero y más de metodología. El proceso reciente de reformulación del programa financiado por la AACID, y que se lleva a cabo en la región del Este, puso de manifiesto la extrema conveniencia de conectar nuestros tres ejes de trabajo para que cada uno de ellos complementase con lógica a los demás: la formación de agentes de salud en activo; el refuerzo de las capacidades formativas y materiales de la Escuela Nacional de Salud Pública, que prepara a gran parte de los futuros agentes, y el equipamiento y construcción de infraestructuras. Más allá de ello, la reformulación también puso en evidencia la necesidad de promover el diálogo y la negociación abierta entre las distintas contrapartes beneficiarias de las actividades, en un esfuerzo por encontrar puntos de sinergia, convergencia y complementariedad en la consecución del objetivo final, que no es otro que reducir la mortalidad materno-infantil y promover el derecho a la SSR.

Carlos A. Guimaraes es coordinador del programa de Reducción de la Mortalidad Materno-Infantil y Promoción de la Salud Sexual y Reproductiva en la Región del Este de Burkina Faso.

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