LA ATENCIÓN PRIMARIA HA MUERTO
Soy médico de familia de vocación desde hace casi 20 años y hace poco más de un año hui de la Atención Primaria (AP) para refugiarme en la “medicina fácil” de las Urgencias Hospitalarias.
Un buen día, la Administración decidió cerrar el consultorio rural donde trabajaba como médico de familia desde hacía más de 10 años, en una zona de aislamiento a 40 minutos por carretera de montaña del hospital más cercano. Su argumento: “No es justo que municipios con más población no tengan médico porque no encontramos quién quiera trabajar en ellos y que éste que tiene menos pacientes tenga médico, no puedo explicarlo al resto de alcaldes de municipios que se han quedado sin médicos”. Una realidad que ya ocurría antes la pandemia en muchas zonas rurales de nuestro país.
«Me piden que escriba un artículo sobre la situación actual de la Atención Primaria»- comentaba por teléfono con una amiga, también médico de familia pero en otra ciudad; “de los problemas del día a día de la consulta”- y me ha dicho con rotundidad: “La Atención Primaria ha muerto”
La Atención Primaria ha permanecido durante muchos años con necesidad inminente de entrar en quirófano para una cirugía mayor, pero la Administración la ha tratado con tiritas, y después de luchar en primera línea durante dos largos y duros años contra la pandemia de COVID, directamente ha muerto.
¿Es este el fin de la Sanidad Pública, gratuita y Universal?
La Atención Primaria carga con el mayor peso del sistema sanitario, resuelve entre el 85-90% de los problemas sanitarios en nuestro país. Os doy datos del Ministerio de Sanidad recogidos y facilitados por el Dr. Vicente Matas :
En el año 2020 había en España 13.097 centros de Atención Primaria, de los cuales 3.054 son Centros de Salud y 10.043 Consultorios Locales, para atender a más de 46 millones de personas protegidas por el sistema público nacional, atendidos por 29.787 médicos de familia, 6.472 pediatras, 30.689 enfermeros, 4.967 auxiliares de enfermería y 17.008 personal no sanitario. Pero esas plantillas no siempre están cubiertas. Mejor dicho, casi nunca, y en zonas rurales, aún menos. En ese año, el de inicio de la pandemia, cuando se llegó a decir que “estaban escondidos y sólo atendían vía telefónica”, realizaron una gran labor, con más de 379 millones de consultas ordinarias atendidas.
Las cargas de trabajo diarias medias son de 30 consultas/día para médicos de familia, 17 para pediatras y 18 para enfermería. El 35 % de los Médicos de Familia en España tienen cupos entre 1.501 y 2.000 personas asignadas, y tendrían de media entre 33 y 44 consultas diarias y el 1,6 % con más de 2.000 superarían las 44 consultas días de media. Datos inferiores a la realidad de nuestros centros de salud pues la mayor parte del tiempo las plantillas no están al completo y acumulan el trabajo de los ausentes, llegándose a cargas de trabajo de hasta 60 pacientes por día (en un turno de mañana o tarde).
El milagro de los miedosos
Se ha criticado a Atención Primaria porque, por ejemplo, ya no realizan espirometrías en los centros de salud “Le da miedo por el COVID”. Que se lo digan a esos enfermeros y enfermeras que antes las realizaban y ahora se han «escondido por miedo», en esos centros improvisados de vacunación masiva y han conseguido el milagro de vacunar hasta en 4 ocasiones a más del 85% de la población española, 40 millones de personas vacunadas, en menos de un año.
!! Esa carga también ha recaído en la Atención Primaria !! Aunque la mayor parte de la asistencia se realiza en el centro, si algo caracteriza a la Atención Primaria es por su extraordinario trabajo en los domicilios de los pacientes: 2.826.652 visitas registradas en caso de médicos de familias y 10.668.910 en el caso de enfermería.
Visitar a la gente en sus domicilios, es tener el honor de ser invitados a entrar “hasta la cocina” de decenas de vidas complejas, decía un médico de familia en su primer año de formación.
Marginación sanitaria y baja inversión en salud.
La Atención Primaria ha sufrido una total marginación en la inversión y el gasto sanitario en España. A esos datos hay que añadir un total de 24.547.532 urgencias extrahospitalarias.
Cifras que dan vértigo con una inversión ínfima, solamente un 14,8% del total de la Inversión Sanitaria Pública en 2019 (se dedicó más inversión al gasto farmacéutico, es decir, a las “recetas” que al total de la Atención Primaria).
Si desde la AP no se puede seguir resolviendo ese 85-90% de la demanda que le llega, todo el SNS puede colapsar y lo hemos visto claramente durante estos dos últimos años de pandemia.
Las consecuencias las están sufriendo los pacientes y los propios profesionales. Cargas de trabajo desmesuradas, alto grado de estrés y ansiedad, acúmulos casi diarios por falta de sustituciones, consultas masificadas, demoras excesivas, de hasta 15 días lo que repercute en el colapso de las Urgencias Hospitalarias.
Esto se traduce en un trabajo de rutina, en cosificar a los pacientes, en robotizar el trabajo de los médicos y enfermeros en la consulta, en despersonalizar el acto médico y olvidarnos del aspecto psíquico, social y espiritual que acompaña a cada dolencia física. En transformar una medicina humana en frialdad terapéutica. Los médicos de familia huimos de los centros de salud y nos refugiamos en las Urgencias Hospitalarias o en la Sanidad privada. No hay médicos que quieran recorrer 3 pueblos en una mañana a más de 100 km de su hogar en las condiciones actuales.
Atención Primaria de Salud y su función asistencial comunitaria
Han dejado morir la Atención Primaria porque nadie apuesta por ella, se olvidan de lo importante que es que un médico siga todo el proceso de vida de una persona, desde su nacimiento hasta su muerte. Para paliar tu dolor, para recetarte las pastillas para no gritar cuando la vida te duele tanto que no puedes con ella.
Los médicos de familia trabajamos con una Medicina basada en la evidencia, pero sobre todo en los VALORES: en la AFECTIVIDAD, la humildad, la compasión, la piedad, la modestia, la ternura. Un día en nuestras vidas, decidimos ser Médicos para ocuparnos del sufrimiento humano, para remediarlo o al menos paliarlo.
Pero vemos a diario como nuestra medicina se hunde, como cierran consultorios rurales con la excusa de falta de profesionales, como es imposible atender a 60 pacientes por jornada (no da tiempo a escucharlos, lo fundamental en medicina de familia). No se les puede atender siempre vía telefónica. Necesitamos al menos 10 minutos y cupos más pequeños para atenderlos con un mínimo de dignidad.
Enfrentarnos al sufrimiento, el dolor y la muerte de nuestros pacientes no es fácil. La enfermedad cambia el curso de la vida de los pacientes. Ser enfermo es volverse frágil, es perder la integridad física y/o mental que caracteriza al ser humano. Nuestros pacientes te aceptan en su vida como figura clave en la que apoyarse en sus momentos de dificultad. Necesitamos personal, medios y tiempo para garantizar una Sanidad Pública Universal de Calidad y Gratuita.
Va en ello la dignidad del paciente y sus familiares y la dignidad del propio médico. Su salud es nuestra responsabilidad.
Dra. Eva Gutiérrez Pérez
Médica de Familia
Secretaria de Medicus Mundi Sur