Contra la Explotación Sexual y la Trata y en la defensa de los Derechos de las Mujeres

En un mundo donde la violencia de género y la explotación sexual siguen afectando a millones de personas, las fechas como el Día Internacional en Contra de la Explotación Sexual y la Trata de Personas (23 de septiembre) y el Día Internacional de los Derechos Sexuales y Reproductivos (28 de septiembre) nos invitan a reflexionar sobre los enormes desafíos que enfrentan las mujeres y niñas  y como la lucha por la dignidad y la libertad sexual no puede desasociarse de la erradicación de la explotación y la trata de personas.

 

Esta semana, junto a la conmemoración del 23 de septiembre del Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de personas, una fecha que pone el foco en una de las formas más atroces de violencia de género que afecta a millones de personas en todo el mundo; el 28 de septiembre se celebra el Día Internacional de los Derechos Sexuales y Reproductivos, estos derechos, esenciales para la autonomía de las mujeres, son frecuentemente vulnerados en contextos de pobreza, conflicto y crisis humanitaria, agravando el riesgo de que las mujeres y niñas caigan en redes de trata.

La intersección entre ambos días no es casualidad, ya que la vulneración de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres es una de las principales causas y consecuencias de la trata y la explotación sexual.

Un recordatorio de la esclavitud moderna

La conmemoración del Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Mujeres, Niñas y Niños, es una fecha que nos anima a acabar con una de las formas más atroces de violencia de género que afecta a millones de personas en todo el mundo;  un toque de atención urgente a combatir  la trata de personas y la explotación sexual  que son violaciones flagrantes de los derechos humanos.

El Informe Global sobre la Trata de Personas de 2022, señala que el 60% de las víctimas son mujeres y niñas, y que el 91% de los casos de explotación sexual afectan principalmente a este grupo. En España, el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado reveló que el 97,6% de las víctimas de trata con fines de explotación sexual son mujeres y niñas.

Estos datos evidencian la dimensión de género de este problema, agravado en muchos casos por la discriminación interseccional que afecta a mujeres migrantes: por ser mujer (discriminación de género), por su condición de migrante (xenofobia) y por pertenecer a una minoría racial o cultural (racismo).

Nos enfrentamos a una “esclavitud moderna” que sigue utilizando a las personas  en mayor situación de vulnerabilidad como mercancía y que se afianzada gracias a los conflictos armados, la crisis climática y las migraciones forzadas que se producen a nivel global, factores que aumentan el riesgo de que mujeres y niñas caigan en redes de explotación tanto locales como internacionales.

Derechos sexuales y reproductivos: Un pilar de la igualdad de género

El derecho a la salud sexual y reproductiva es, ante todo, una cuestión de justicia social. Medicus Mundi Sur se dedica a la promoción y defensa de estos derechos, garantizando que las mujeres accedan a una atención médica de calidad y a servicios sanitarios que aseguren su salud sexual y reproductiva.

Este derecho fundamental trasciende el cuidado de la salud física de las mujeres: les permite tomar control sobre sus cuerpos y sus decisiones, empoderándolas en todos los aspectos de sus vidas (físico y emocional)  y  dándoles herramientas para enfrentar las barreras sociales y las desigualdades que las afectan.

Medicus Mundi Sur, en su trabajo de cooperación internacional, colabora con gobiernos y organizaciones locales para construir sistemas de salud accesibles y respetuosos de los derechos de las mujeres, particularmente en zonas donde la pobreza y la desigualdad elevan el riesgo de explotación.

Su labor no se limita solo a la atención sanitaria. También se enfoca en programas de sensibilización y educación, esenciales para prevenir la explotación sexual y la trata. En África y América Latina, Medicus Mundi Sur ha implementado proyectos con un enfoque de derechos humanos y género, que buscan empoderar a las mujeres mediante el acceso a la salud. Además, la organización da especial importancia a la formación de las comunidades y sus líderes locales, facilitando la identificación de factores de riesgo que puedan derivar en situaciones de vulnerabilidad.

Estos esfuerzos son claves para reducir las probabilidades de explotación sexual y para contribuir a que las mujeres vivan libres de violencia y explotación.

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